7 Claves para mejorar la comunicación en pareja

Mejorar la comunicación en pareja no es tarea fácil, ya que requiere de tiempo y dedicación, pero es posible siempre y cuando haya predisposición por parte de ambos miembros de mejorarla.

Con gran probabilidad, en más de una ocasión habréis tenido rachas con vuestra pareja que os han resultado difíciles de manejar. Estos problemas pueden haber sido diversos: comunicación, sexualidad, afectividad, crianza, economía… Hoy vamos a centrarnos exclusivamente en la comunicación y en qué podéis hacer para mejorarla.

La comunicación puede fallar porque el emisor no lanza correctamente el mensaje, el receptor lo entiende mal, o el mensaje está formulado erróneamente. Puede haber fallo en uno, en varios o en todos ellos.

¿Qué podemos hacer para mejorar la comunicación en pareja?

  1. Dedicad un rato para poder comunicaros. Puede parecer una tontería, pero a muchas parejas les resulta difícil encontrar un hueco para sentarse y hablar un rato, ya sea porque están cansados, los niños no les permiten ese hueco de intimidad, porque tienen los horarios cambiados… Sea por lo que sea, siempre cabe la posibilidad de encontrar este hueco por complicado que parezca. ¿Cómo puedes hacerlo? Haz un horario con tus responsabilidades del día y que tu pareja haga lo mismo. Una vez los tengamos en papel, nos será mucho más fácil analizar cuál es el mejor hueco para dedicarlo a nosotros. Puede parecer un poco mecánico y que nos tire para atrás, pero cuando pasáis una temporada sin tener ese ratito para vosotros, este es sin duda el mejor método.
  1. Deja el Whatsapp y el teléfono de lado. Estamos en la era de la tecnología, y por eso tendemos a sustituir una comunicación por otra, en teoría más “rápida” y “sencilla”. Sin embargo, la realidad es que las parejas que tienden a comunicarse por Whatsapp (Line o similar) suelen utilizar este medio para todo. Ya no es sólo que escribamos la lista de la compra, digamos una cosa puntual sobre los niños, o nos demos los buenos días. Esto está bien. Lo que no está bien es utilizar estos medios como único recurso. No debemos olvidar que la comunicación real debe ser cara a cara, en su defecto por teléfono y para ciertas ocasiones otros medios.
  1. Hablad por turnos. Cuando la comunicación está alterada, lo mejor que podemos hacer es hablar por turnos. Un ratito hablo yo (expreso una opinión, te cuento cómo me ha ido el día, comento algo de lo que tengamos que hablar,…), y otro ratito hablas tú. No son monólogos, por lo que necesitamos saber que el otro nos ha escuchado, comprendido, y nos da feedback (o devolución) sobre ello. Para ello, es muy importante el siguiente punto.
  1. Pregunta. Nos olvidamos de que la pregunta es siempre el mejor recurso para escuchar activamente y poder encontrar en el otro la respuesta que buscamos. ¿Pero qué preguntas podemos hacer y en qué momentos?
  • “¿A qué te refieres?” – Cuando no terminamos de entender el punto de vista del otro. Desde mi punto de vista, ésta es la pregunta mágica. Le das la oportunidad al otro de expresarse de otra forma, de reivindicar su opinión o de retractarse de ella, para poder saber exactamente en qué conversación nos estamos moviendo. También nos ayuda a volcar nuestra atención sobre ella y poder estar presentes al 100%.
  • “No te he entendido. ¿Puedes repetir?” – Cuando no te has enterado de algo. Muchas veces no preguntamos porque no queremos que el otro se dé cuenta de que no le hemos entendido, ¡pero es que es así! Si no lo haces en el momento adecuado, te descuelgas de la conversación y es difícil volver a ella.
  • “¿Tú qué opinas?” – Cuando estamos en el momento en que hemos expuesto lo que queríamos decir, y buscamos que el otro se implique en la conversación.
  1. Sé claro y conciso. Muchas veces nos perdemos en lo que queremos decir; nos “liamos” intentando explicar algo que nuestro interlocutor desconoce. Expón el objetivo y el motivo de tu discurso: Esto lo digo por… Quería hablar de esto porque… Sobre esto, opino que… Quiero comentarte que… Desde el momento en que el otro sepa de qué estamos hablando, ya podemos explayarnos más o menos, pero no “irnos por las ramas” desde el principio. Un mensaje bien formado ayuda a que haya una mejor comunicación.
  1. No pienses en lo que quieres decir. En ocasiones, parece que estamos deseando que acabe el otro para poder decir lo que nosotros queremos decir. ¿Has pensado que al otro le pasa exactamente lo mismo? Esto no es escuchar, y alguien en algún momento debe romper este círculo vicioso. Para ello debes valerte de la pregunta, que te supondrá una ayuda para entender al otro, y que además te dará pie para ir formando una opinión sin estar volcado sólo en esta actividad.
  1. Piensa en lo que quieres decir. Una vez que has entendido, céntrate en lo que opinas de ello. No durante, sino después. Si está pensando en lo que sea que estés pensando, no tendrás capacidad de prestar atención al otro. Ahora ha llegado tu momento de expresarte. Si a la otra persona le cuesta guardar su turno y no respeta el tuyo, puedes decir algo como: “He entendido lo que quieres decir. Te refieres a ESTO. ¿Puedo hablar yo ahora?”; si te interrumpe: “Disculpa, pero no he terminado”.

Espero que estos consejos te hayan sido de ayuda para mejorar la comunicación con tu pareja. No hay nada como ponerlos en práctica y ver lo beneficiosos que pueden llegar a ser. Si es así, podéis suscribiros más abajo (o en la barra lateral) y estar al tanto de todas las novedades, o bien seguirnos por nuestras redes sociales.

Si te interesa, también puedes consultar el artículo con algunos consejos para las parejas durante el confinamiento.

Raquel Navarro López

Psicóloga, Sexóloga, Terapeuta de pareja

CEO del Centro de Psicología RNL

Consulta otras entradas que te pueden interesar:

Consejos para parejas en cuarentena

En esta situación que estamos viviendo, nos encontramos sumidos como en una especie de trance en la que no terminamos de entender lo que está sucediendo, que no asimilamos aún la gravedad de la situación y, peor aún, nos vemos obligados a estar confinados, por el bien común, en casa.

Mientras para unos poquitos, desgraciadamente, esta situación es un verdadero infierno, la gran mayoría de las personas viven esta situación como una prolongación de su aislamiento, como un descanso de la vida tan ajetreada que llevamos, o como un pequeño infierno según circunstancias y percepciones a las que no voy a entrar aquí.

Aunque a algunos se les puede caer la casa encima, hay un colectivo que no hay que olvidar: las parejas; no los padres, que de eso hablaremos en otra ocasión, sino las parejas. Aquellos que, si están bien juntos, pasarán por este proceso, como mucho, crispados; y luego están las parejas que no se llevan bien o que apenas se soportan. Para ellos, este encerramiento va a suponer un verdadero choque con esa realidad que probablemente estaban evitando ver, y que ahora no pueden hacer otra cosa más que enfrentarla.

Este artículo lo realizo con ánimo de ayudar a que los que tenéis pareja y convivís juntos, no acabéis en peleas, separación o en situaciones peores. Como especialista en pareja, veo cada semana a parejas que por diferentes razones no se entienden o a las que les fallan algunos de los pilares básicos de la pareja, que desde mi punto de vista son: comunicación, afecto y tiempo juntos. Hay otros muchos factores que afectan más o menos a las relaciones, pero en mi experiencia éstos son los más afectados y los que, si no se cuidan, llevan directamente al fracaso.

En esta situación lo de la comunicación parece fácil, ¿verdad?, pero muchos encontraréis que aun así no habláis prácticamente con la pareja, que buscáis tener vuestro propio espacio continuamente y que van pasando los días sin que encontréis ese rato para hablar de algo que no sea el COVID-19. Así que, ahí van los primeros consejos:

  1. Buscad un hueco al día para hablar de algo que no sea este dichoso virus o la situación que vivimos. Buscad memes, contaos un chiste, hablad del futuro, de objetivos comunes, de viajes deseados, de ideas que hemos tenido,… ¡Hay tanto de qué hablar!

¿Y qué hay del tiempo juntos? Porque, que estéis en la misma casa no significa que estéis juntos, solo que compartís un espacio. Así que, ¿qué tenéis que hacer?

  • ¡Rellenadlo! Preparad una cena para vosotros solos, un baño, un masaje, una partida al ordenador/consola, una película, una serie, visitad alguno de los múltiples museos que han abierto sus puertas de forma telemática, … Muchas opciones, y muchas más que se os puedan ocurrir.

El afecto siempre es uno de los damnificados cuando no nos encontramos bien, pero es tan necesario sentir a la otra persona cerca… Puede que este no sea el mejor momento para comerse a besos, pero…

  • Podéis abrazar por detrás a vuestra pareja, compartir juntos unas respiraciones y… continuar. Hacedle ver que estáis ahí con un beso en la coronilla, una caricia en el pelo, un arrumaco, un “toque” en el culo, … Cuando pase todo esto habrá tiempo para más cosas, pero ahora, quizás, solo necesitáis saber que el otro está ahí.

Dicho esto, hay una serie de normas que todas las parejas deberían seguir siempre, independientemente de la situación en la que se encuentren:

  1. Respeta a tu pareja. Él o ella no tiene la culpa de esta situación, está pasando por ella como tú, y no tienes derecho a alzar la voz, ni a obsequiarle con tus “malas caras”; mucho menos, por supuesto, a insultar o agredir de cualquier manera.
  2. Habla a tu pareja con ternura. Es la que está ahí siempre, no se merece que la trates de menos.
  3. Interésate a diario por ella o por él. Pregúntale: “¿cómo estás?”. Tan sencillo pero tan difícil, al mismo tiempo.
  4. Comparte tus inquietudes y sentimientos. Aunque no lo parezca, ahora no es momento de aislarse emocionalmente, solo físicamente.
  5. No habléis todo el día del mismo tema. Ahora es el COVID-19, pero antes era el trabajo, los padres, el 8M, los hijos, la oposición, o lo que fuera. Variad un poquito y no seáis monotema, que esto parece que va a durar un tiempo y agradeceréis no estar todo el rato obsesionados con ello.
  6. Buscad intereses comunes. ¿Qué mejor momento que ahora para saber si podemos compartir aficiones o temas de los que hablar?

Para los que además tenéis hijos, algunos consejos sueltos:

  • Aprovechad para hacer actividades en familia. Es momento de que os conozcáis sin ninguna distracción, a puerta cerrada.
  • No tiréis todo el tiempo de electrónicos. Hay muchos días por delante y, aunque parezca desesperante, hay muchas actividades para hacer con los peques.
  • Aprovechad para leer en familia. Esos ratitos de silencio se agradecen, y para los más pequeños quizás sea buen momento para empezar a enseñarles a reconocer las letras, a trajinar los cuentos,…
  • Tirad de imaginación. ¿Es divertido o entretenido?, ¿es factible?, ¿se puede hacer sin peligro? Entonces, ¡adelante!
  • Sed tolerantes. Todos estáis encerrados, pero nosotros los adultos aún podemos ir a comprar, a trabajar (en algunos casos), a tirar la basura o sacar al perro, pero los pobres pequeños no pueden salir de casa. Están desesperados (y más que lo van a estar), así que toleradles un poquito de caos, aunque siempre dentro de unos límites, claro.
  • Respirad un poco de aire. Si tenéis balcón, terraza o jardín, aprovechad lo que podáis para hacer alguna actividad al aire libre: desde mirar las formas de las nubes o nombrar todo lo que se vea desde la ventana, a saltar, jugar con las pompas o al escondite, o lo que se os ocurra y que no os ponga en riesgo alguno.
  • Paciencia. Es un buen momento para trabajar esa asignatura pendiente, porque ahora más que nunca, nos necesitan.

Espero que estos consejos puedan ayudaros a pasar esta etapa lo mejor posible. Ya sabéis que podéis contar conmigo y con mi equipo para cualquier duda que pueda surgiros.

Os enviamos mucho ánimo y, sobre todo, mucha salud.

Raquel Navarro López

Directora del Centro

Si te ha resultado interesante, puedes suscribirte a nuestro boletín:

También pueden interesarte….

problemas de pareja, terapia de pareja

Problemas de pareja y Terapia de pareja

En estos tiempos que corren han salido a la luz muchos problemas de pareja, y con ello la propuesta de la terapia de pareja. El COVID y el confinamiento han marcado muchos límites y han traído sentimientos que no se pueden devolver.

Algunas parejas han conseguido sacar lo mejor de sí mismas, convirtiéndose en apoyo el uno del otro. Sin embargo, en otros casos han brotado muchas emociones negativas, frustración y enfado con el otro, sensación de soledad o de no acompañamiento, … Los problemas de pareja y la terapia van de la mano, pero hay que saber cuándo y por qué pedir ayuda.

Y esto, aunque pueda no lo parezca, es algo podría haber sucedido en cualquier otro momento, como por ejemplo cuando se van los niños (y no tan niños) de casa, en un periodo vacacional,… No debemos achacar todos los problemas de pareja a todo a esta etapa que hemos pasado, que aunque por supuesto ha sido un agravante, está claro que previamente había problemas de pareja que estaban por resolver.

Con buena disposición, y cogiéndolos con tiempo, los problemas de pareja pueden tratarse estupendamente en una terapia de pareja, pero hay que tener en cuenta ciertas consideraciones previamente.

Lo primero es, ¿qué es la terapia de pareja?

Aunque podéis encontrar más información en esta página, a grandes rasgos podemos definir la terapia de pareja del siguiente modo:

Es el proceso terapéutico en el que participan ambos miembros de una pareja, con la finalidad de observar, analizar, solventar o paliar algún problema que esté sacudiendo la pareja. Pueden ser parejas con problemas sexuales, de comunicación, económicos, de crianza, tiempo libre,… o bien parejas en proceso de separación que no saben cómo actuar para que el proceso sea lo menos dañino posible.

¿Cuandó acudir a terapia de pareja?

Cuando se detectan problemas de pareja que llevan haciendo mella en la relación desde hace un periodo de más de 6 meses. Por supuesto, hay que entender esta cifra como algo aproximado. No es lo mismo problemas de comunicación (mínimo 6 meses) – visita este post «7 claves para mejorar la comunicación en pareja» -, que una agresión verbal o física (ayuda inmediata), problemas sexuales (mínimo 3 meses),…

Igualmente, si tienes dudas al respecto lo mejor es que contactes con un profesional y que te oriente de forma personalizada.

Si tengo claro que no quiero continuar con mi pareja, ¿debo acudir a terapia de pareja?

Desde luego que sí. No va a ser una pérdida de tiempo, porque donde tú lo tienes claro, quizás tu pareja no y le esté costando aceptarlo. Acudir a terapia de pareja puede que le haga entender mejor lo que está sucediendo. También puede ser que queráis dejarlo los dos, pero no sepáis despediros de vuestra familia política, hacerlo público, tomar los tiempos «correctos» con los hijos, el formato de comunicación,…

Si para mí es un problema, pero para mi pareja no, ¿debo hacer terapia de pareja?

Es difícil solucionar problemas de pareja si ambos miembros no quieren. La predisposición de mejorar lo es casi todo en un proceso como éste. Sin embargo, si tú ves que hay un problema y tu pareja no, acude solo a terapia o consulta con un profesional. Comenta tu caso, porque es posible que tu pareja esté en negación, o que hay algo que a ti te provoca un sufrimiento que a tu pareja no. Tus emociones son tan legítimas como las suyas, así que no tengas miedo de pedir ayuda.

Esperamos que te haya resultado de utilidad. Si quieres estar al día de todo, puedes suscribirte a nuestro boletín de información o visitar el canal de Youtube de reciente creación.

¡Síguenos en redes sociales!